Saturday, September 27, 2008

Primera parte: Sueños extraños

Por un gran desierto de una arena fría y un cielo hostil vagaba un joven perdido y solo, tan tenebroso era el paraje que obligaba a gritos buscar refugio, el viento fuerte golpeaba; pero para alivio de aquel joven los restos de una gran ciudad aparecieron por sorpresa en ese inmenso mar de arena… Que es esto...

Una tormenta azotaba el desierto en esos momentos, el joven resguardándose bajo el techo de una casa aun intacta, quedose impresionado por ver lo que sucedía en el cielo, las nubes, negras como el diablo, comenzaron a girar abriéndose poco a poco, de pronto el viento dejó de soplar y fue en ese instante que por fin la ciudad hundida en la arena fue vista por primera vez.

¿Cuál era su nombre?¿Qué habría pasado con ella? El joven asombrado vio una metrópoli gastada, vieja y destruida por el paso del tiempo.

Caminando por ella, por sus calles agrietadas, llenas de arena y desolación, sintió haberla visto en algún lugar; pero... ¿En donde?


De repente del cielo se escuchó un rugido, el joven volteó sorprendido por el agujero que se habría en este.




-¿Qué demonios pasa?-, nervioso se tropezó con los escombros detrás de él cayendo a la acera, en el suelo se quedó atónito al ver lo que estaba frente a él, era un letrero con un nombre…


pero...

¿Preocupado?... ¿Qué sucedía? ¿Qué tenia ese edificio en ruinas?


¡Eso era! Las calles que conocía... ¡Era la ciudad donde vivía!



Luego de un corto silencio sepulcral…


Se escuchó en el cielo…


¿El agujero?... ¡Esa cosa entre las nubes! De él seres extraños cayeron como bestias endemoniadas, el joven sin pensarlo, corrió hacia la cima de una de las dunas tratando de escapar; pero el viento sumamente fuerte que sopló nuevamente por las calles se lo impidió.

Al chocar con fuerza contra un poste se quedo aterrorizado, aquella cosa monstruosa, una mano gigantesca y oscura, una que podría coger un edificio como si fuera un lápiz salio de aquel hueco entre las nubes, el muchacho se levantó al momento sorprendido luego por una figura desde lo alto de un edificio gastado por la arena.

¿Quién podría vivir en un lugar como este? Al ver al muchacho aquel hombre estiró su brazo y luego…

¿Ah?... ¿Qué hizo?... mi pierna…




Asustado trató de escapar, intentar saber que iba hacer ese tipo era una estupidez; pero su pierna... ¿Qué pasaba?

Su pierna se había endurecido, dura como piedra y no solo la sensación, era roca pura… ¿Qué carajo?

No paso casi nada para que las demás extremidades sufrieran lo mismo, ¡Qué desesperación!

¡Cielos! ¡No, no sale!...




El muchacho solo lo veía acercarse, ese puño que iba a terminar todo, podía sentir como su rostro se endurecía mientras que ese puño se iba acercando más, de pronto todo se oscureció y escuchó:


¡Alma y cuerpo míos...!


-¡No!!No¡¡Noo! ¡Nooo!- Gritó el joven.

–Cristian, hijo despierta, ¡Cristian!- le gritaba una mujer, este desesperado por liberarse, de quitarse esas cosas de la piel... abrió los ojos.

La mujer era su madre, Isabel Evana, que intentaba despertarlo, el nombre del joven que soñaba con aquellas cosas tan extrañas era Cristian... Cristian Vigo.

-Hijo ya no duermas ya es hora de ir a la academia – Dijo Isabel.


(15-04-04) -¡Uaaaaagh!- Todos seguían durmiendo, su madre preparó el desayuno y Cris se sentó a la mesa. Le contó de su extraño sueño a Isabel; pero ella al verlo no le dio importancia, ya sabia el efecto de la comida ingerida tan tarde.

El agua del lavatorio, lo refresco mejor despertándolo completamente, aun cansado comenzó a cambiarse para ir a estudiar.

Listo, se despidió de su madre y salió hacia a Lucius.

¿Qué habrá sido ese sueño? Pensó él.

Durante el trayecto a Lucius notó que el joven que pasó por su lado lo miró de forma peculiar, Cris volteó creyendo reconocerlo; pero no logró ver su rostro más si algo que se encendía en el bolsillo de su pantalón.

En la academia el profesor estaba por iniciar su clase; pero Cris aun pensativo por el sueño se percató que algo negro se extendía desde el centro de la pizarra hacia los extremos. Sintiendo un poco de frió, escuchó un grito ensordecedor que de repente transformó al salón entero.

Un gran agujero en medio de la pizarra hasta la tienda del piso dónde estudiaba, las ventanas rotas y las carpetas viejas, un salón sin puertas y con las paredes polvorientas, un ambiente oscuro lleno de un aire seco es lo único que vio por unos momentos, un fuerte dolor de cabeza que lo hizo cerrar repentinamente los ojos, lo devolvió a su salón con sus demás compañeros.

-Vigo ¿Qué hace?- Le reclamó el profesor a Cris que se había levantado sin ninguna razón.

Al llegar el primer receso Cris se encontraba totalmente perdido, distraído viendo el pasillo él...

¡Esa chica! Cuando Cris salio de su trance la reconoció, la joven era la chica que vio hace días en unas clases en la tarde, Milagros, así se llamaba ella.

El timbre sonó; pero Cris al verla se levantó en segundos de su carpeta, salió del salón desesperado y trató de verla por la ventana del salón donde estudiaba ella, fue grande su pesar cuando el cuidador lo descubrió y le ordenó volver con sus compañeros.


¡Demonios!


Que le quedaba, aprovechando se dirigió al baño a lavarse la cara y olvidar lo que había visto; pero… - ¿Qué habrá sido eso? Mmm… me arden los ojos, ¡Aasu! Se sentía tan real que feo… ¿Mmm?... ¡¿Qué me paso?!-

¿Qué paso? Su cabello, el color de sus ojos… todo era distinto, - ¿Qué me ah pasado?¡¿Por qué me veo así?!...- Su apariencia había cambiado; pero ¿Cómo? - ¡Ah!...

-¿Y ese quién es?- dijo Cris al darse cuenta que había alguien más en el baño.

Volteó asustado; pero… ¿Y el tipo?, no había ni un alma a su lado, según él, paralizado por lo que pasaba sintió una brisa tocar su cuerpo para luego salir corriendo a su salón sin decir palabra alguna.

¿Alguien podría creer lo sucedido? Bueno tal vez se lo imagina, pero…

-Ya tengo hasta escalofríos, ¿Qué rayos me pasa?

Horas después…


El timbre de salida comenzó a sonar, el tutor en el salón de Cris designó las aulas a donde se dirigirían los alumnos, por poco alumnado en su salón todos debieron ser reubicados, por suerte tal vez, a Cris le toco en el salón A de ciencias, el salón donde estaba Milagros y su amigo Esteban.

Eran las tres y media de la tarde, las tiendas, restoranes y mercados se llenaban de estudiantes que salían a relajarse o para almorzar, Cristian volvía a su casa después de dejar a un amigo en la suya, mientras caminaba pensaba en el nuevo salón y en las cosas que le pasaron hoy, distraído no notó que tres tipos con apariencia de ladrones se acercaban.



¿Qué hago ahora?


Al darse cuenta Cris, ya era tarde -¡Habla causita!¿No me colaboras? No seas malo ¡Pe! varón colabórame con estos caramelitos, mira toma unos, no seas malo varón cáete con algo… no te hagas el huevón-

Cris escuchó a los tipos; pero no pensó darles nada.

Uno de los hombres trató de arrancarle la mochila; pero Cris atento giró y lo golpeó, asustado corrió con fuerza empujando a los que quedaban rumbo a su casa.

-Ese imbécil, me fregó el brazo !Conche su mare! Si lo vuelvo a ver lo mato al huevón ese- dijo enfurecido uno de los ladrones.

A las horas de llegar a su casa… -Miguel si te contara lo que me paso hoy… ¡Uff!-

Un antiguo compañero de escuela, su mejor amigo, Miguel lo fue a visitar. Pasaron el tiempo conversando como siempre; pero esa amena charla trajo consigo duda al mismo Cris que contándole lo sucedido en el salón a Miguel, recordó un sueño que había tenido hace varios días.

Recostado en plena sala, vio una luz muy fuerte venir de la calle, un ser frente a él extendía algo desde su espalda, mientras lo apuntaba con una objeto brillante en su palma…

-De entre los recuerdos descubrirás…- dijo aquel ser antes de que una luz muy fuerte recubriera la casa por completo.

Al llegar las diez de la noche, Miguel se despedía mientras que Cris agotado se recostaba en su cama…

-De la que me salve hoy, bueno olvidemos eso-

¿Qué tal será Milagros?... ¡Uaaagh!- exhausto fue cerrando poco a poco sus ojos hasta quedarse totalmente dormido.


Un poco de arena…

¿Arena? Su profundo sueño fue interrumpido; pero… ¿Y su casa?

La ciudad entera había desparecido, otra vez aquel desierto, soñaba da nuevo… ¿No?

Ni rastros de edificios ni nada que se le parezca, solamente arena y un cielo oscuro que parecía predecir algo siniestro.

Una tormenta de arena que sopló con rabia…



Terminó enterrándolo en la arena, pero su desesperación por liberarse lo salvó de ahogarse.




A lo lejos en el desierto las sombras de unos seres extraños marchaban sin descanso, tenían formas grotescas y llevaban ropas nunca antes vistas.

Gruñían al cielo como perro llamando a su amo….



Bruscamente el cielo oscuro se abrió dejando ver un gran hoyo negro, estos seres al ver tal cosa detuvieron su marcha, levantaron la mirada al cielo y en un lenguaje extraño gritaron con vehemencia, tan fuerte era su grito que la arena vibraba, la muerte estaba cerca, esa sensación tenía Cristian que paralizado no podía creer lo que veía… ¿Cómo fue a dar a ese lugar?




¿Y eso? Un gruñido que enfría la espalda, Cris volteó lentamente pensando lo peor…

¡Por la puta madre!

Una de esas criaturas lo veía furioso, con unos ojos de odio y locura, Cristian lo vio sin saber que hacer que pensar, correr la única opción no le gustaba mucho; pero…




Ya no había tiempo aquella cosa saltó y en unos velocísimos movimientos estuvo frente a Cris.




¡¡Escapa!!... ¿A donde? Estaba atónito, además ya era tarde… ¡Mira esas fauces!



… ¡¡Oh!!... ¡Effh! Qué... ¿Qué paso?

¿La criatura?¿El desierto?... ¿Qué había ocurrido?

Estaba de nuevo en su dormitorio, tenia la cubrecama encima, su madre y sus hermanos aun dormían, el tenia la ropa empapada de sudor y la boca seca, -una pesadilla, ¡Glup!... fue una pesadilla no mas- simplemente un horrible sueño, pensó él.

Levantándose para ir al baño se dio cuenta de algo en su almohada, a pesar de la oscuridad la pudo distinguir; pero eso es…






Sunday, February 18, 2007

Segunda Parte: Días Perturbadores